Receta de Formatjades: empanadas con queso de Menorca

Las «Formatjades» son empanadas típicas de Menorca que se han convertido en un símbolo de la gastronomía local. Estas delicias, que pueden ser rellenas de queso, carne o requesón, tienen un lugar especial en la mesa de Pascua. Las abuelas, con sus manos expertas, solían preparar la masa desde cero, mezclando ingredientes simples pero sabrosos. La paciencia y el amor que ponían en cada paso del proceso se transmitían en cada bocado.

Ingredientes:

  • 600 gr. de harina
  • 200 gr. de manteca de cerdo
  • 20 gr. de levadura fresca
  • Un pellizco de sal
  • 150 gr. de agua

Para el queso:

  • 1.200 kg. de queso fresco
  • 4 huevos medianos
  • 3 cucharadas de harina
  • 3 cucharadas de aceite
  • Sal (opcional)

Preparación previa:

Preparación de la Masa: Funde la levadura en agua y añade manteca de cerdo, harina y sal. Amasa hasta lograr una textura suave y firme, ajustando con harina o agua según sea necesario. Esta masa equilibrada será la base perfecta para las Formetjades.

Preparación del Queso: El día anterior, rallar y escurrir el queso en un trapo limpio. Reposar en la nevera por 24 horas para que el queso se seque adecuadamente. Al día siguiente, combinar el queso escurrido con huevos, harina y sal al gusto en un bol. Mezclar y formar bolas de tamaño moderado, teniendo en cuenta que crecerán en el horno debido al huevo en la mezcla. Esta preparación garantiza una textura y sabor excepcionales en las Formetjades.

Elaboración:

  1. Estirar dos porciones de masa en forma redonda.
  2. Colocar una bola de queso en una de las porciones y realizar cuatro cortes en la otra, creando una forma estrellada.
  3. Superponer las dos porciones, presionando los bordes con los dedos para que se adhieran bien.
  4. Con un cortador de pasta de puntas redondeadas, recortar el exceso de masa.
  5. Dejar reposar las Formetjades, ya que, al contener levadura, necesitan un breve reposo.
  6. Hornear en horno precalentado a 170/180º C. La cocción debe ser gradual para evitar que se hundan. La paciencia es clave, ¡no hay prisa ni necesidad de dorarlas en exceso!

Aunque no queden perfectas a la primera, su sabor será inigualable. ¡Anímense a probarlas y, seguramente, se convertirán en una deliciosa tradición que desearán repetir, llevando la auténtica esencia de la cocina menorquina a su mesa de Pascua!

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