La Menorca agreste, la indómita, la bella, la salvaje, la que invita a la calma o al reto…Todas las Menorcas están en el Camí de Cavalls, una ruta de 185 kilómetros que circunvala la Isla. Catalogado como sendero de gran recorrido, el GR 223, el Camí de Cavalls ofrece la oportunidad de dar la vuelta a Menorca contemplando su variada geografía y disfrutando bellos paisajes enmarcados por el mar.
El Camí de Cavalls es senderismo, cicloturismo y equitación, pero es también historia y reivindicación. Algunos fechan su creación en el siglo XIV, en los tiempos del rey Jaime II, en la que los nobles mantenían un caballo para la vigilancia de la costa y la defensa de Menorca y sus habitantes en algunos tramos.
En la primera dominación británica, en 1736, el gobernador Richard Kane lo consideró “camino real”, lo que obligaba a mantenerlo limpio y transitable, una obligación que, años después, en 1758, perpetuó el gobernador francés Conde de Lannion.
En 1780, Louis Stoki d’Arc de la Rochette realiza el primer mapa de la Isla que se conoce, donde aparece su trazado, y dos años después, el gobernador español, ordenaba que “los caminos llamados de caballos estén abierto y del todo libres y compuestos de poderse libremente transitar…”. Este espíritu originario se perdió con el tiempo y mucha gente se esforzó entre 1996 y 2010 para que el tránsito por el Camí de Cavalls.
Gracias a ese esfuerzo compartido, hoy es posible recorrer Menorca y disfrutar de sus calas, bosques y acantilados de manera segura –la ruta está señalizada como GR siguiendo unas pautas que se usan en toda Europa- siempre que se lleve la equipación adecuada, agua y comida, y se atienda al parte meteorológico. Si de verdad quiere captar la esencia de la Isla, el Camí de Cavalls es un buen punto de partida.
(Fuente/información complementaria: “Guía Camí de Cavalls. 20 itinerarios para descubrir Menorca. Fundació Destí Menorca)
