Alexandra y Laurent son una pareja de parisinos que tenían una empresa de alquiler de salas y catering, especializados en la organización de eventos desde 100 a 4.000 personas. Un buen día decidieron vender su empresa para crear su proyecto de vida en un entorno sano y natural, intentando encontrar un lugar en un país extranjero. En un primer momento pensaron que Portugal tenía que ser  su destino pero les faltó la parte de campo. Pensaron también en Ibiza, pero descubrieron que muchas de las antiguas fincas, no se habían conservado y tampoco era el entorno deseado.

Fue entonces cuando Menorca se cruzó en su camino. En junio de 2017 vinieron por primera vez a la isla y se enamoraron de ella porque el paisaje conservaba su patrimonio rural y su autenticidad. Alexandra y Laurent decidieron invertir en Menorca porque son de aquellas personas convencidas que la gente busca lugares auténticos, tranquilos, donde la vida transcurra en paz y esta es su filosofía de vida.

Les interesaba comprar una finca con explotación agraria para establecer su negocio, pero vieron que era un camino demasiado largo para tenerlo recorrido a tiempo para la temporada 2018. Fue cuando acudieron a Bonnin Sanso y les enseñamos diversas propuestas con posibilidad de restaurante. El destino hizo que esta pareja de franceses se fijaran en Torret, donde actualmente ya viven muchos de sus amigos y compraran el antiguo restaurante Anakena, para convertirlo en el Villa Blanca, un restaurante que abrirá de abril a octubre o noviembre.

De momento ya han rehabilitado la casa y el exterior. El antiguo parking ocupaba el jardín de la casa pero ellos lo han querido recuperar con un olivo central de más de 100 años, rodeado de bonitas plantas y caminitos de marés. Su intención es que la casa reluzca por si sola, mostrando todos los detalles. Estará decorada en materiales nobles y sensibles como la madera, el marés, la piedra, la cerámica, el ratán o el mimbre, sin añadir elementos artificiales. El color blanco dominará en todas partes, combinando con el azul del cielo y el verde del jardín.

Nos explican que en esta fantástica casa donde está su proyecto de vida van a servir comida auténtica, cocinada con amor y sensibilidad. Su carta estará basada en la cocina de productos locales, de temporada, ecológicos y preparados con la acreditación de sus años de profesión en organización de eventos.

Dicen que están muy agradecidos a nuestro comercial, José Pons, que con su energía y empatía, entendió perfectamente lo que buscaban y en la primera visita, encontraron esta típica casa de campo menorquín de finales del siglo XIX que les robó el corazón. Esperamos que pronto podáis conocer a Marie, Alexandra y Laurent, los tres parisinos del Villa Blanca que han sentado su manera de entender la vida para deleitar los paladares más exquisitos.