Cuando se terminan las vacaciones, también tenemos nuestra particular vuelta al huerto y debemos hacer la planificación de cosecha para otoño e invierno. Después del consumo de nutrientes por parte de los vegetales que hemos cosechado durante el verano, sobretodo las solanáceas, debemos añadirle fertilizantes.
Si recordáis, la primera vez que hablamos sobre el huerto urbano, comentamos acerca del cuidado del sustrato y os aconsejamos algunos fertilizantes. A parte de esos, también podríamos añadir humus de lombriz, abonos verdes o plantación de leguminosas, por ejemplo, las habas, que aportarán nitrógeno al suelo.
Es importante recordad que antes de comernos todos los frutos que nos ha dado nuestro huerto durante los meses de julio y agosto, podemos guardar semillas de tomates o pimientos si queremos ser autosuficientes por completo. No podemos esperar a que se sequen las plantas en la tierra porqué no nos dará tiempo a prepararla tal y como hemos comentado anteriormente.
Septiembre es un mes cambiante porque puede hacer aún mucho calor pero alternándose con días y noches más frescas. Por suerte, en Menorca, todavía privilegiamos de climas suaves y la amenaza del frío severo que pueda perturbar nuestra cosecha urbana, no será hasta pasado el mes de octubre cuando habrá que estar alerta.
El mes de septiembre es un buen momento para sembrar acelgas, espinacas, lechugas, rábanos, endivias o nabos. Es también un buen momento para trasplantar lechugas, coles y coliflores. Y ya que los niños también vuelven a iniciar sus tareas escolares, también podría ser un buen momento para mostrarles el cuidado de nuestro pequeño huerto y de paso, animarles a que nos ayuden.
